9 de Abril de 2.012
Meditando al respecto; se puede afirmar: Si es cierta la acusación hay que afrontar ante la Sociedad responsablemente lo que corresponda; pero, si es mentira, no se puede callar y menos ante un contertulio tan ladino y siniestro como el Comunismo que nos acecha en todos los campos, frentes y direcciones.
Su mafia política, jurídica, sindical, académica y de los medios, sumada a los brazos subversivos, narcotraficantes y armados trabajan sincrónicamente, empleando la información programada para desorientar y manipular la Opinión Pública hacia su conveniencia; desde luego todo ello, obedeciendo a un Plan estratégico que muchos conocemos, pero que por apatía, desinterés ó alguna otra razón queremos ignorar. Y aquí es consecuente afirmar: “Callar debiendo hablar es cobardía”.
Es preocupante ignorar hechos concretos que nos muestran claramente como nos están forzando y comprometiendo con el Socialismo del Siglo XXI:
Concluyendo, hasta aquí, es claro para y hasta donde quiere llevar el Doctor Santos al País.
Todo lo anterior, nos indica que no es conveniente seguir indiferentes y tolerando éste orden de ideas que pretenden entregar el País a intereses foráneos, ajenos a nuestra nacionalidad.
Es innegable que desde hace 60 años, el Estado ha venido cediendo ante el terrorismo, el narcotráfico y la delincuencia organizada, creando oportunidades en búsqueda infructuosa de la Paz, hasta llegar hoy, al colmo de que las personas que les son proclives a las FARC, pueden hacer lo que quieran y no les sucede nada.
Nuestra historia, en busca infructuosa de la Paz, ya acumula la experimentación de, no menos de 10 acuerdos de paz con los subversivos y hasta generó una Constitución (la de 1.991); en todos los casos el estamento gubernamental les ha dado todas las garantías para que se reintegren a la vida ciudadana. Estas experiencias todas fallidas, por debilidad del Estado y compromisos entreguistas y apátridas de los Gobiernos de turno.
Llegó la hora de redireccionar el rumbo que lleva el País. Como colombianos, los electores no solo contamos con el régimen constitucional y debemos exigirle al Gobierno que no se sobrepase en el manejo del Poder en contravía de nuestros deseos, sino que podemos llegar a la desobediencia civil, desajustando los diferentes presupuestos que dan gobernabilidad.
Marino Ríos Restrepo C. de C. 17´109.744
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