Quienes somos

"Un grupo de colombianos, militares y civiles de reconocida experiencia a nivel nacional e internacional, conformado para analizar y debatir problemas importantes sobre la defensa y seguridad nacional".

miércoles, 22 de octubre de 2014

Proceso de Paz para los miembros de las FFAA


MG (R) VICTOR ALVAREZ VARGAS
Miembro de la Mesa de Transición del MDN


Son muchas las discusiones, análisis y reflexiones que los miembros de las Fuerzas Armadas de Colombia, activos y de la reserva,  hemos realizado en estos dos últimos años sobre las incidencias, consecuencias y participación en el proceso de paz iniciado por el gobierno desde febrero del 2012.

El análisis ha sido basado en un cuidadoso estudio de procesos similares vividos en otras latitudes y en la experiencia adquirida durante muchos años de trasegar por nuestro territorio, del cual hemos sido testigos de excepción sobre la problemática social y de inseguridad que viven los colombianos, especialmente de las regiones más apartadas, donde la presencia del Estado ha sido precaria producto del desinterés, descuido y corrupción en muchos niveles de la dirigencia política del país.

La mayoría de las veces esa presencia se limitaba, y aún persiste, a un alcalde o inspector, un juez, ocasionalmente un puesto de salud mal equipado, en medio de la más absoluta carencia de oportunidades  de progreso y desarrollo.

En casi todos los casos, la respuesta a los brotes de violencia, fue el envío  de tropas para reducir o apaciguar el desorden público, pero casi nunca llegaron los recursos para mitigar las urgentes necesidades de esas poblaciones, lo que siempre reclamamos los militares como la consolidación, considerada esencial para erradicar definitivamente la violencia, que urgía la presencia de otras entidades del Estado, tales como: educación, salud, justicia, vías de comunicación, servicios públicos, entre muchos otros. 

De esa problemática social, la guerrilla de las FARC ha derivado sus exigencias en la mesa de conversaciones, no sin razón, pero sin autoridad moral, pues ella ha sido la principal  causante de la depredación y miseria del campo colombiano, a través de prácticas criminales como el asesinato, la extorsión, el reclutamiento forzado y la destrucción de la infraestructura económica, lo que ocasiono un gran atraso  económico y un irreparable perjuicio ambiental a la nación.

Sin embargo, ahora pretenden surgir como los grandes redentores, pretextando su lucha cruel y despiadada por la desigualdad social y el abandono del Estado en el campo colombiano. No obstante, de su fracaso en la lucha armada, esta negociación les ha traído grandes réditos políticos, entre ellos, el reconocimiento como actores legítimos del conflicto, además de obtener del gobierno el compromiso, por lo menos en el papel, de resolver las grandes necesidades del campo colombiano, así como otras urgentes reformas  del Estado que han estado pendientes por más de cincuenta años; validando con este compromiso, utópico por cierto, las razones de su ataque aleve contra el pueblo colombiano.

Después de recordar y analizar brevemente todo este devenir histórico de nuestro acontecer nacional, los militares y policías debemos meditar con profundidad, cuál debe ser nuestra actitud ante este proceso en que se ha empeñado el actual gobierno y del cual no nos podemos sustraer.

Es conveniente para nuestro equilibrio emocional, superar resentimientos y prevenciones, con el fin de concentrarnos en los aspectos en los cuales podemos influir, para tratar de salir lo mejor librados de una realidad que al parecer es irreversible.

Es razonable que la mayoría de los miembros la reserva activa, estemos abrumados por la incertidumbre, la desconfianza y el escepticismo, particularmente, por el doble lenguaje que se maneja en los diálogos, la actitud desafiante y mendaz de los terroristas, las concesiones que les puedan otorgar y particularmente por el desamparo jurídico en que nos encontramos.  

Aun con todos estos inconvenientes, debemos hacerle frente a esta realidad con criterio analítico sin pasiones que nos pueden desorientar. ¿Será que oponiéndonos ante una realidad política, en la cual nosotros no tenemos mayor injerencia por carecer de poder político, podremos cambiar la situación? Consideraría que no. Creo más bien, que debemos mantenernos al margen de la contienda política y dedicarnos a lo que nadie va a ser por nosotros, que es nuestra justa y legítima defensa, de la cual muy pocos están interesados.

De nuestros estudios y mesas de trabajo en la reserva, han surgido muchas posiciones, desde las más radicales hasta las más equilibradas, pero siempre con el mejor interés y preocupación por buscar un trato digno para nuestras Fuerzas Militares y de Policía, que tanto sacrificio  han tenido que aportar, para preservar la seguridad y supervivencia de la nación, unos con mayor dedicación que otros, pero siempre con la mayor voluntad por salvaguardar la legitimidad de nuestra Institución.

La verdad es que en el pasado poco pensamos en las consecuencias de una salida negociada del conflicto, y ahora ante esta realidad, la tenemos que afrontar con apremio para adaptarnos a una eventual negociación con los grupos de irregulares que combatimos durante los últimos sesenta años.

Cuando estuvimos en actividad y los que aún lo están, nunca analizamos en detalle cual podría ser el final del conflicto, sencillamente se avanzaba y avanzaba sin pensar cual sería el final, las ocupaciones del día a día, las responsabilidades de la guerra y los afanes por la victoria, no nos permitieron ver que el asunto tendría un final político, el cual podría traer graves consecuencias para nuestro futuro.

Es lógico entender que en nosotros exista prevención y resentimiento, son muchas las cicatrices producto de esta larga y sangrienta guerra, en la cual nos vimos involucrados en cumplimiento de una misión constitucional. Sobre esto último, no se puede olvidar lo que algunos quieren desconocer, que siempre estuvimos sujetos al poder civil legítimamente constituido, sin faltar a nuestro juramento.

Aun en medio de la injusticia con que se nos trata en algunos sectores del mismo Estado al cual defendemos. La injusta persecución, la incomprensión y la ingratitud de algunos colombianos, no nos deben amilanar; por el contrario, debemos hacerle frente y construir una memoria histórica que permita develar a los verdaderos culpables de la violencia.

No podemos llevarnos a equívocos, por la satisfacción y orgullo que nos producen las encuestas de aceptación y favorabilidad, donde las FFMM resultan ampliamente recompensadas por la gratitud del pueblo colombiano, pero desafortunadamente, esas mayorías no tienen capacidad de decisión ni influencia sobre la orientación pública del país, son los poderes del Estado y los medios de comunicación quienes dirigen nuestro destino, por tanto es allí donde debemos influir.

Por todas estas razones, nuestra atención se debe concentrar, no en oponernos al proceso, sino en procurar mantener la legitimidad e integridad de nuestra institución y  conseguir un tratamiento justo y equitativo para nuestros hombres que se encuentran privados de la libertad, por lo menos igual al que se propone a los alzados en armas en términos jurídicos, así haya sido por excesos en el cumplimiento de su deber, que en todo caso fue en legítima defensa de una agresión sistemática contra el Estado.

Nuestra preocupación no debe ser únicamente por lo que suceda en la mesa, allí existe una agenda previamente pactada que se deberá cumplir. Lo más grave está sucediendo aquí en el país y en la agenda internacional; en los últimos dos años se han desatado los peores agravios que menoscaban la integridad y prestigio de la institución armada y de sus miembros. La persecución judicial cada día se acentúa más, la inteligencia militar que es la base de los éxitos operacionales, es cada vez más difamada y puesta en la picota publica; tal pareciera que existiera una consigna para llevar la mayor cantidad de militares a la cárcel, que hoy superan ampliamente los detenidos por  actos terroristas y otros delitos de los grupos terroristas.

Tenemos que desarrollar una estrategia, con la ayuda de expertos y el apoyo de quienes creen en sus FFMM., con el fin de poner fin al desprestigio sistemático que  contribuye a los intereses de nuestros detractores, como es el caso de los llamados “falsos positivos”, un señalamiento en el que la ficción ha venido superando la realidad, y que de no ponerse en contexto, provocará graves lesiones a la institución y sus miembros. Recordemos que uno de los objetivos de quienes nos consideran sus enemigos es destruir nuestra legitimidad.

Así mismo, y en el supuesto caso de que se superen favorablemente los grandes escollos que aún quedan por discutir, debemos asumir una actitud positiva a la decisión que adopte el pueblo colombiano, cualquiera que esta sea en beneficio del futuro de nuestra nación. Me atrevo a pensar, que dicha decisión estará sujeta a una demostración sincera de arrepentimiento por los crímenes cometidos por parte de los  grupos que actuaron fuera de la ley, a la entrega de las armas y a la desmovilización definitiva como una muestra real de paz y reconciliación; claro está, que esto dependerá de cómo se desarrolle en punto cuarto de la Agenda, DDR (Desarme, Desmovilización y Reinserción).

También será necesario estar dispuestos a reconocer nuestros errores como producto de una guerra desigual y sin legislación adecuada, que se prolongó demasiado en el tiempo; a perdonar si la situación lo requiere (aunque es una decisión personal no colectiva), pero buscando siempre un tratamiento justo y por lo menos equitativo, que asegure a los militares y policías de retaliaciones y venganzas futuras, que pongan en peligro su seguridad jurídica y personal.

Es allí donde debemos concentrar nuestro esfuerzo, no para salvar el honor, como alguna vez se hizo, sino para sobrevivir a la indiferencia, la injusticia y la condena a la cual muchos nos quieren llevar.



domingo, 12 de octubre de 2014

El drama del vecino

El drama del vecino

La tragedia venezolana se queda además sin quien la denuncie. Razón de más para que en Colombia dejemos de guardar este cómplice silencio.

Por: Mauricio Vargas
Fuente: Periódico El Tiempo
2:31 a.m. | 12 de octubre de 2014

Casi tanto como la tragedia que vive Venezuela, me aterra la indiferencia con que los colombianos la seguimos. El silencio del Gobierno Nacional es justificado, por voceros y defensores de la administración de Juan Manuel Santos, con el apoyo del régimen de Nicolás Maduro al proceso de negociación con las Farc. A estas alturas, se trata de una excusa tan manida como falsa: si es cierto, como dicen los negociadores del Gobierno en la mesa de La Habana, que los avances alcanzados son enormes, el proceso no debería tener reversa, ni siquiera si Maduro se molesta con Colombia.

Pero que el Gobierno prefiera taparse la boca no quiere decir que todos debamos imitarlo. La dimensión del drama que viven los venezolanos es enorme y espeluznante. La inflación de los doce meses recientes supera el 63 por ciento, por mucho la más alta del continente, impulsada por una escasez de alimentos y otros productos en niveles que alcanzan, en algunos rubros, el 70 por ciento.

La agricultura está postrada: las expropiaciones a los terratenientes y la concesión de tierras a los campesinos no fueron acompañadas de políticas de financiación y asistencia técnica, y el agro dejó de producir lácteos, carne y granos, que hoy urge importar. Pero, como venderle a Venezuela es un riesgo porque el régimen de Maduro no autoriza los dólares a los importadores, esos productos han dejado de llegar.

Cientos de grandes plantas industriales han cerrado y decenas de miles de pequeñas y medianas empresas desaparecieron. El caso de la salud es pavoroso: la escasez de insumos en los hospitales alcanza niveles del 60 por ciento y para muchas enfermedades, entre ellas el cáncer, faltan las medicinas.

La pobreza pasó de niveles de 21 por ciento, a los que había bajado en los primeros años del chavismo, a más del 27: esto a 2012, pues desde hace meses, el INE (el Dane de allá) dejó de publicar esas cifras. Se trata de un nivel muy similar al de Colombia, con la diferencia fundamental de la tendencia: acá va bajando y allá, subiendo. Y con una consideración que convierte en imperdonables los pecados del chavismo: ese empobrecimiento ocurre justo después de que Venezuela viviera la mayor bonanza petrolera de su historia, que en solo impuestos le dejó al fisco unos 350.000 millones de dólares, sin contar los aportes por 150.000 millones de dólares de la petrolera estatal PDVSA a supuestos programas sociales.

¿Qué pasó con esa plata? Una porción significativa está en los bolsillos de dirigentes chavistas y amigos del régimen, los boliburgueses, que exhiben sus camionetas Hummer, sus Rolex de oro y diamantes y su ropa de marca. Pero ahora que la crisis golpea y la miseria se dispara, las mafias de la corrupción chavista están al borde de la guerra civil, como lo demuestra el asesinato del joven diputado Robert Serra, por el que están detenidos dos de sus escoltas y hay un cruce de acusaciones en que incluso ha saltado el nombre del ministro del Interior, Miguel Rodríguez.

No fueron entonces, como dijo Maduro y repitió el expresidente Ernesto Samper, en su calidad de secretario de Unasur, los paramilitares colombianos los autores del crimen. Cómo será que hasta la canciller colombiana, María Ángela Holguín, tan cercana a Samper, tuvo que llamarle la atención por esas declaraciones. El crimen evidencia una guerra de bandas corruptas, que se suma a la galopante inseguridad que domina a Venezuela, con 25.000 muertes violentas al año.

Todo esto mientras una justicia al servicio del régimen encarcela a cientos de opositores, y la falta de papel (Maduro sólo autoriza su importación a los medios afines a él) obliga al cierre de decenas de diarios. De ese modo, la tragedia venezolana se queda además sin quien la denuncie. Razón de más para que en Colombia dejemos de guardar este cómplice silencio.

Mauricio Vargas


mvargaslina@hotmail.com

jueves, 18 de septiembre de 2014

Mayor sensatez.

Septiembre 2014
MG ® Ricardo Rubianogroot Román.

En este texto hago un rápido recuento de lo escrito por diferentes autores y analistas del conflicto interno Colombiano con variadas visiones y concluyo mi propia apreciación.

Colombia es un país con un conflicto armado interno, resultado de causas diversas y complejas. Dentro de ellas se pueden señalar las desigualdades sociales, problemática de tierras, el abandono de áreas rurales y pueblos apartados, falta de infraestructura, educación, justicia, la exclusión política,  modelos de desarrollo errados y la creciente inequidad.

Para nuestra desdicha el listado para describir la totalidad de las raíces que lo han ocasionado, es interminable.

El conflicto tiene variados antecedentes históricos, para algunos analistas su origen se da en la década de los años 30 identificando el suceso de las bananeras, pasando por el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán en el 48 y mencionan la  "época de la Violencia", como fundamental por ser esta época la que se caracterizó por el  talante político por los problemas bipartidista de la década de 1950 y a su vez remontan los orígenes de esta guerra interna en la llamada  Nueva Granada y la independencia de España y como quienes dirigieron los inicios de la fase de la Republica quisieron enfocar el futuro de esta Nación. Cada etapa de la historia del país ha traído consigo un enfrentamiento diferente.
A finales de los años cincuenta, principios de los años sesenta, a causa de los fenómenos ya antes mencionados, surgieron en Colombia diferentes grupos guerrilleros, en principio de inspiración marxista. Estos grupos son, principalmente, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia  FARC, el Ejército Popular de Liberación  EPL,  el Ejército de Liberación Nacional ELN y otras derivaciones menores, los cuales tenían unos objetivos específicos que eran asesorados y acompañados por el Partido Comunista desde sus inicios; esas metas eran las de conseguir una reforma agraria y la redistribución equitativa de la riqueza. Lo que pretendían finalmente, era lograr una transformación social significativa.
Todos esos objetivos e ideales de antaño han mutado y han cambiado; a diferencia de ocuparse en labores políticas para lograr esas aspiraciones y cambios, pasaron drásticamente a usar estrategias como el empleo del narcotráfico para financiar su causa, pero desbordando y pasando por encima de sus ideales, y prácticamente olvidando su causa y sus orígenes; se da como ejemplo la búsqueda y  demanda de ciertos intereses para el campesinado colombiano, por ser uno de los sectores más marginalizados de la sociedad, exigir al Gobierno,  la construcción de carreteras,  escuelas  y  crédito para aumentar la tenencia de ganado o ampliar sus cultivos, en síntesis la búsqueda de una participación del pueblo en la construcción del futuro del país.
Por el contrario recurren al empleo de las armas y no al uso de las palabras, hoy en día sus acciones se distinguen por el  reclutamiento de menores, prácticas  terroristas  como la implantación de minas antipersona, el asesinato de civiles, miembros del gobierno, policías y militares, el secuestro con fines políticos, extorsivos o económicos, atentados con bombas y armas no convencionales, destrucción de infraestructura, puentes, carreteras, oleoductos, acueductos, actos que han provocado desplazamientos forzados de civiles.
Sus doctrinas e ideales se han desvanecido.
Tienen que entender que la injusticia y las desigualdades sociales no justifican ni legitiman la violencia[1].
Para puntualizar sobre las falencias del sistema económico y político que nos rige, “no se requiere  irse a dar plomo en el monte”[2]. Es demasiado evidente la miseria e inequidad en Colombia, la concentración del capital y de la tierra, hay que luchar para superar estas situaciones aun en contra de quienes se benefician, pero la lucha armada no es parte de la solución a esos problemas, es parte del problema en sí.

Interpretando a Cano previo al bombardeo que lo dejó fuera de combate, quiso decir a sus “camaradas”, que “los errores de las Farc, las sacaron del camino de su filosofía[3]; que perdieron la guerra cuando el Estado colombiano logró multiplicar su capacidad militar con la suma del poder de combate de la fuerza aérea y las operaciones conjuntas”: masa crítica en contra…; “que perdieron su legitimidad insurgente, porque los colombianos y la comunidad internacional señalaron a las Farc como narcotraficantes y terroristas”.[4]
Ante esas realidades, a las Farc de Cano, no les quedaba más opción que negociar y bajo ese precepto, hoy necesitan oxigenar sus ideales de llegar al poder, ya no por medio de las armas, pero sí por la lucha política y jurídica, usando la combinación de otros medios, recuperar el poder de movilización en las regiones y lograr representatividad de sus cuadros políticos y órganos de dirección popular.
Los colombianos esperan que así como Cano diera el paso hacia la reflexión, las Farc de Timochenko, evolucionen en su lenguaje y que sean más consecuentes con la oportunidad histórica que se les está brindando.[5]
Las exigencias de la guerrilla en la mesa no son consecuentes con lo que ha sido la realidad histórica del manejo que le han dado al conflicto interno.
Quieren que el pueblo a quienes dicen defender pero que por el contrario han afectado, acepten en un referendo proyectado en la mesa de la Habana, que:
No son narcoterroristas?
Que son víctimas y no victimarios?
Que no reparen a sus víctimas?
Que son consecuencia “de un terrorismo de Estado”?
Que por emplear un uniforme son tropas equiparables a las Fuerzas Militares y la Policía Nacional de Colombia?
Que hay que exonerarlos de responsabilidades legales, ante sus acciones que se constituyen como delitos a la luz de códigos Nacionales e Internacionales?
Que no deben entregar las armas, sino dejarlas?
Que no deben desmovilizarse, sino reintegrarse a la sociedad civil?
Que pueden llegar al congreso sin una elección popular?
Me pregunto: Por qué esta guerrilla a la que se le ha dado una oportunidad de diálogo y negociación, deben tener concesiones que no se les da ni si quiera a los Colombianos que durante su vida han sido rectos y han procurado cumplir la Constitución y la leyes?
Se aspira entonces que sean sensatos con lo que ha sido su pasado y esperen unas acciones lógicas, y consecuentes con  lo que ha sido su vida en relación con el conflicto interno y como por ello han afectado a la Nación Colombiana.

.






[1] (Pécaut, 2008; Pizarro, 2011).
[2] (Pécaut, 2008; Pizarro, 2011).
[3] Plan Renacer.
[4] Alfonso Cano.

miércoles, 6 de agosto de 2014

El proceso para el fin del conflicto armado y las víctimas.

LA ANOMALÍA DE LAS VICTIMAS

Por: MG Ricardo Rubianogroot Román. (28-07-14)



“El Estado no es culpable; en algunos casos puede ser
responsable, por ello repara”[1]

El ciudadano que se declara víctima, prefiere ser reconocido por el Estado y no por las FARC, les asiste esperanzas que el Estado los reparare”[2]

“Los responsables de las víctimas de guerra en Colombia van más allá de los contendientes y llega al Palacio Presidencial  y a los sectores pudientes de la sociedad”[3]


Con estas frases introductorias, se puede claramente deducir los inconvenientes y dificultades y el arduo trabajo que está por darse, especialmente para el Gobierno, para llegar a un acuerdo justo y conveniente en este tema de víctimas de la agenda de conversaciones.

Pero qué es lo que realmente se busca al tratar este tema que está consignado en el punto número cinco (5) de la Agenda de negociaciones? Y que es lo que se va a tratar en el desarrollo del mismo?  Los numerales señalados en ese punto son dos:

1.     Derechos humanos
2.     Verdad.

La realidad es que existe como es lógico en este asunto, una observancia e influencia de organismos internacionales pues este es un contenido relativo a la justicia transicional, que busca precisamente resarcir a las víctimas y que aflore la verdad, justicia y reparación, requisito y exigencia sine qua non, [4]  de estas colectividades, por la jurisprudencia existente en ese mecanismo; más claro aún, de lo se trata es legitimar y validar el proceso; de allí la importancia que el Gobierno lo maneje en forma acertada y no permita ningún tipo de manipulación.

Los preparativos para acometer el punto, siguiendo los lineamientos señalados en el pasado con los temas ya abordados, territorio, participación en política y drogas ilícitas, ha sido precedido por unos foros organizados por la ONU por petición del Gobierno, y  la Universidad Nacional específicamente su Centro de Pensamiento, por postulación de las FARC.

A la fecha, se han cumplido tres (3) foros regionales en Villavicencio, Barrancabermeja y Barranquilla y está previsto un foro Nacional en la Cuidad de Cali.

La participación en los foros regionales ha sido de aproximadamente unas 1.700 personas, para el foro Nacional  se tiene previsto que asistan unas 1.200. Se aprecia que de ese número citado, la participación de víctimas de las FARC, ha sido tan solo de 165, (proyectando incluso el foro de Cali), se puede mencionar dentro de ese último grupo a víctimas presentadas por ACORE[5], Colombia herida, Damas verdes, Confecore[6] y la División Córdova. Se atribuye esa anomalía del bajo número de asistentes a fallas en el sistema de información o bien que existe algún tipo de aprensión por agresiones que ya se han presentado en los foros iniciales o simplemente no hay garantías y confianza en ese proceso. Entre tanto la contraparte ha estado muy activa en foros y en las actividades relativas.

Las víctimas seleccionadas se encontrarán por primera vez con las Farc en la Habana; Los delegados del presidente Juan Manuel Santos y de las Farc han decidido invitar a la Habana a una delegación de víctimas por cada ronda negociadora sobre ese tema, al menos durante cinco ciclos. El primer grupo de víctimas irá a La Habana el 16 de Agosto. La conformación  de  los grupos de víctimas será de 12 personas, en cinco ciclos en total, para un total previsto de 60 personas. Allí podrán exponer sus puntos de vista sobre lo que debe ser y se espera, sobre verdad, justicia y reparación.

Los mecanismos de participación están acordados, pero a pesar de estar establecidos los mismos, no son del todo claros y son manejados por un sector cerrado donde no hay cabida al pluralismo, no hay la claridad esperada; se  registra en gran actividad a Piedad Córdoba y el Senador Iván Cepeda, a pesar  de no tener una función específica en esta actividad están apropiados del tema, y en comunicación permanente con Alejo Vargas uno de los principales organizadores, el sí, con responsabilidades específicas en este asunto.

La selección se dejó en manos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y de la Universidad Nacional, que antes de determinar quiénes serán los escogidos, “consultan” a la Iglesia Católica específicamente a la Conferencia Episcopal manejada por Monseñor Luis Castro[7] que junto con la Organización de víctimas y la Mesa Nacional de víctimas, siguiendo los criterios de: equilibrio, pluralismo y sindéresis[8], y el análisis de cada hecho victimizante [9] y enfoque diferencial, [10] finalmente eligen las personas asistentes a la Habana catalogadas como víctimas.

Al escribir este artículo el proceso descrito se encuentra en plena ejecución. Se han dado manifestaciones de inconformidad de todo tipo, algunos sectores del Gobierno se han manifestado, [11] "Para la Procuraduría General de la Nación es fundamental que se tenga claridad sobre las reglas de juego establecidas en un aspecto de tanta trascendencia, y que se asegure una representación justa al universo de víctimas del conflicto armado colombiano".

De otro lado, y no menos importante, actualmente están debidamente inscritas a nivel Nacional, más de 6,500.000 víctimas (aproximadamente la población de la cuidad de Bogotá urbana), se estima un promedio por cada víctima de cuatro (4) mas, llamadas víctimas secundarias (familiares especialmente); mediante un procedimiento establecido se  declara  un hecho equidistante [12] que determina que se ha cometido un daño que a la vez genera una atención y una asistencia de emergencia; es claro y así debe ser que el Estado va a reparar a las víctimas, reparaciones que están previstas en algunos casos de por vida, gran responsabilidad y mucho dinero del fisco Nacional se deberá considerar; podremos imaginar los colosales recursos que se debe presupuestar en lo sucesivo para atender este tema. Pero y las víctimas de las FARC? Cómo se maneja esa otra cara de la misma moneda? Que se tiene previsto? De eso no se ha hablado y es el momento de precisar.

En todo lo que acontece en este punto, se señala y advierte una situación grave y preocupante, el Estado acepta su responsabilidad y reconoce a las víctimas que están inscritas, al aceptar y dar el reconocimiento a las mismas, bien puede darse la circunstancia  que se va a reclamar por parte de entusiastas abogados y colectivos, la investigación correspondiente para determinar que agente del Estado, que entidad y finalmente que persona es la directamente responsable jurídicamente.

Esa responsabilidad aceptada por el Estado, y cuando en la actualidad se discute arduamente sobre las responsabilidades políticas versus las responsabilidades Institucionales y apalancada aún más por las manifestaciones del señor Presidente de la Republica, [13] el 23 de Julio/14 cuando señaló que todos los involucrados deben reconocer la responsabilidad que han tenido; empresarios, trabajadores, medios de comunicación,……., todos somos culpables” lo mencionado, dará paso a que esa responsabilidad admitida, sea un “auto cabeza de proceso”[14]; podremos imaginar también, el cumulo de investigaciones que se abrirán; los comandantes militares y policiales y las autoridades civiles de cada sector, estarán a la orden del día.

Las manifestaciones de las Farc en este sentido no se hacen esperar [15]“Al hablar de máximos responsables, debemos afirmar claramente, que la cadena de mando no se agota en los Estados Mayores del Ejercito y Policía, sino que va mas allá y toca al Palacio de Nariño”

Esperemos entonces que todo este episodio no resulte en que el Estado es el único responsable por las víctimas de esta guerra interna. Una vez más estamos en manos de los plenipotenciarios y del Gobierno como tal y confiamos que su inteligencia, astucia y sagacidad sea más aguda que la del otro lado de la mesa. La historia los sabrá juzgar por sus aciertos y sus errores.

ENCARGO: El Estado como tal debe constituirse como una víctima.

Cada vez que se atenta y golpea un oleoducto, se da una depredación inclemente, se atenta contra pobladores, la naturaleza representada en seres vivos, objetos, agua, suelo, subsuelo y el aire; el medio ambiente y los ecosistemas se degradan, la flora y la fauna se ve afectada.

Quienes son los victimarios y quienes responden por esos incontables daños?




[1] Apreciaciones del articulista.
[2] Apreciaciones del articulista.
[3] Iván Márquez, Diario “El País, El Tiempo”, sábado 19 de Julio.
[4] «Condición sin la cual no». Se refiere a una acción, condición o ingrediente necesario y esencial de carácter más bien obligatorio para que algo sea posible y funcione correctamente.
[5] Asociación Colombiana de Oficiales en retiro.
[6] Confederación Colombiana de Organizaciones del Personal en Retiro y Pensionados de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional. 
[7] La Conferencia Episcopal de Colombia, es una institución administrativa y de carácter permanente de la iglesia católica, integrada por todos los obispos de las diócesis de Colombia en forma colegiada.
[8] Sinónimos en español de "sindéresis": buen juicio, discreción, prudencia, sentido común, tino. Discreción, capacidad de pensar rectamente. Hoy en desuso, el término fue utilizado por los filósofos escolásticos para defender que el ser humano, en general, está capacitado para reconocer el bien (al que daban un valor absoluto) y distinguirlo del mal.
[9] 1. La vida y la libertad. 2. Integridad física. 3. Violencia sexual. 4. Desplazamiento forzado.
[10] 1. Mujeres víctimas. 2. Víctimas jóvenes. 3.Adultos mayores, en condición de discapacidad,
[11] El Tiempo Sección Política viernes 25 de Julio/14.
[12] Se habla de una actitud que es equilibrada con respecto a cada una de las partes de unconflicto un mediador equidistante
[13] Editorial del programa “la Hora de la verdad” el día 24  de Julio y otros medios noticiosos.
[14] Auto de oficio que provee un juez para iniciar una investigación

[15] Periódico “El Nacional” y correo electrónico de Márquez el 25 de Julio/14, a varios medios noticiosos.
El proceso para el fin del conflicto armado y las víctimas.

LA ANOMALÍA DE LAS VICTIMAS

Por: MG Ricardo Rubianogroot Román. (28-07-14)



“El Estado no es culpable; en algunos casos puede ser
responsable, por ello repara”[1]

El ciudadano que se declara víctima, prefiere ser reconocido por el Estado y no por las FARC, les asiste esperanzas que el Estado los reparare”[2]

“Los responsables de las víctimas de guerra en Colombia van más allá de los contendientes y llega al Palacio Presidencial  y a los sectores pudientes de la sociedad”[3]


Con estas frases introductorias, se puede claramente deducir los inconvenientes y dificultades y el arduo trabajo que está por darse, especialmente para el Gobierno, para llegar a un acuerdo justo y conveniente en este tema de víctimas de la agenda de conversaciones.

Pero qué es lo que realmente se busca al tratar este tema que está consignado en el punto número cinco (5) de la Agenda de negociaciones? Y que es lo que se va a tratar en el desarrollo del mismo?  Los numerales señalados en ese punto son dos:

1.     Derechos humanos
2.     Verdad.

La realidad es que existe como es lógico en este asunto, una observancia e influencia de organismos internacionales pues este es un contenido relativo a la justicia transicional, que busca precisamente resarcir a las víctimas y que aflore la verdad, justicia y reparación, requisito y exigencia sine qua non, [4]  de estas colectividades, por la jurisprudencia existente en ese mecanismo; más claro aún, de lo se trata es legitimar y validar el proceso; de allí la importancia que el Gobierno lo maneje en forma acertada y no permita ningún tipo de manipulación.

Los preparativos para acometer el punto, siguiendo los lineamientos señalados en el pasado con los temas ya abordados, territorio, participación en política y drogas ilícitas, ha sido precedido por unos foros organizados por la ONU por petición del Gobierno, y  la Universidad Nacional específicamente su Centro de Pensamiento, por postulación de las FARC.

A la fecha, se han cumplido tres (3) foros regionales en Villavicencio, Barrancabermeja y Barranquilla y está previsto un foro Nacional en la Cuidad de Cali.

La participación en los foros regionales ha sido de aproximadamente unas 1.700 personas, para el foro Nacional  se tiene previsto que asistan unas 1.200. Se aprecia que de ese número citado, la participación de víctimas de las FARC, ha sido tan solo de 165, (proyectando incluso el foro de Cali), se puede mencionar dentro de ese último grupo a víctimas presentadas por ACORE[5], Colombia herida, Damas verdes, Confecore[6] y la División Córdova. Se atribuye esa anomalía del bajo número de asistentes a fallas en el sistema de información o bien que existe algún tipo de aprensión por agresiones que ya se han presentado en los foros iniciales o simplemente no hay garantías y confianza en ese proceso. Entre tanto la contraparte ha estado muy activa en foros y en las actividades relativas.

Las víctimas seleccionadas se encontrarán por primera vez con las Farc en la Habana; Los delegados del presidente Juan Manuel Santos y de las Farc han decidido invitar a la Habana a una delegación de víctimas por cada ronda negociadora sobre ese tema, al menos durante cinco ciclos. El primer grupo de víctimas irá a La Habana el 16 de Agosto. La conformación  de  los grupos de víctimas será de 12 personas, en cinco ciclos en total, para un total previsto de 60 personas. Allí podrán exponer sus puntos de vista sobre lo que debe ser y se espera, sobre verdad, justicia y reparación.

Los mecanismos de participación están acordados, pero a pesar de estar establecidos los mismos, no son del todo claros y son manejados por un sector cerrado donde no hay cabida al pluralismo, no hay la claridad esperada; se  registra en gran actividad a Piedad Córdoba y el Senador Iván Cepeda, a pesar  de no tener una función específica en esta actividad están apropiados del tema, y en comunicación permanente con Alejo Vargas uno de los principales organizadores, el sí, con responsabilidades específicas en este asunto.

La selección se dejó en manos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y de la Universidad Nacional, que antes de determinar quiénes serán los escogidos, “consultan” a la Iglesia Católica específicamente a la Conferencia Episcopal manejada por Monseñor Luis Castro[7] que junto con la Organización de víctimas y la Mesa Nacional de víctimas, siguiendo los criterios de: equilibrio, pluralismo y sindéresis[8], y el análisis de cada hecho victimizante [9] y enfoque diferencial, [10] finalmente eligen las personas asistentes a la Habana catalogadas como víctimas.

Al escribir este artículo el proceso descrito se encuentra en plena ejecución. Se han dado manifestaciones de inconformidad de todo tipo, algunos sectores del Gobierno se han manifestado, [11] "Para la Procuraduría General de la Nación es fundamental que se tenga claridad sobre las reglas de juego establecidas en un aspecto de tanta trascendencia, y que se asegure una representación justa al universo de víctimas del conflicto armado colombiano".

De otro lado, y no menos importante, actualmente están debidamente inscritas a nivel Nacional, más de 6,500.000 víctimas (aproximadamente la población de la cuidad de Bogotá urbana), se estima un promedio por cada víctima de cuatro (4) mas, llamadas víctimas secundarias (familiares especialmente); mediante un procedimiento establecido se  declara  un hecho equidistante [12] que determina que se ha cometido un daño que a la vez genera una atención y una asistencia de emergencia; es claro y así debe ser que el Estado va a reparar a las víctimas, reparaciones que están previstas en algunos casos de por vida, gran responsabilidad y mucho dinero del fisco Nacional se deberá considerar; podremos imaginar los colosales recursos que se debe presupuestar en lo sucesivo para atender este tema. Pero y las víctimas de las FARC? Cómo se maneja esa otra cara de la misma moneda? Que se tiene previsto? De eso no se ha hablado y es el momento de precisar.

En todo lo que acontece en este punto, se señala y advierte una situación grave y preocupante, el Estado acepta su responsabilidad y reconoce a las víctimas que están inscritas, al aceptar y dar el reconocimiento a las mismas, bien puede darse la circunstancia  que se va a reclamar por parte de entusiastas abogados y colectivos, la investigación correspondiente para determinar que agente del Estado, que entidad y finalmente que persona es la directamente responsable jurídicamente.

Esa responsabilidad aceptada por el Estado, y cuando en la actualidad se discute arduamente sobre las responsabilidades políticas versus las responsabilidades Institucionales y apalancada aún más por las manifestaciones del señor Presidente de la Republica, [13] el 23 de Julio/14 cuando señaló que todos los involucrados deben reconocer la responsabilidad que han tenido; empresarios, trabajadores, medios de comunicación,……., todos somos culpables” lo mencionado, dará paso a que esa responsabilidad admitida, sea un “auto cabeza de proceso”[14]; podremos imaginar también, el cumulo de investigaciones que se abrirán; los comandantes militares y policiales y las autoridades civiles de cada sector, estarán a la orden del día.

Las manifestaciones de las Farc en este sentido no se hacen esperar [15]“Al hablar de máximos responsables, debemos afirmar claramente, que la cadena de mando no se agota en los Estados Mayores del Ejercito y Policía, sino que va mas allá y toca al Palacio de Nariño”

Esperemos entonces que todo este episodio no resulte en que el Estado es el único responsable por las víctimas de esta guerra interna. Una vez más estamos en manos de los plenipotenciarios y del Gobierno como tal y confiamos que su inteligencia, astucia y sagacidad sea más aguda que la del otro lado de la mesa. La historia los sabrá juzgar por sus aciertos y sus errores.

ENCARGO: El Estado como tal debe constituirse como una víctima.

Cada vez que se atenta y golpea un oleoducto, se da una depredación inclemente, se atenta contra pobladores, la naturaleza representada en seres vivos, objetos, agua, suelo, subsuelo y el aire; el medio ambiente y los ecosistemas se degradan, la flora y la fauna se ve afectada.

Quienes son los victimarios y quienes responden por esos incontables daños?




[1] Apreciaciones del articulista.
[2] Apreciaciones del articulista.
[3] Iván Márquez, Diario “El País, El Tiempo”, sábado 19 de Julio.
[4] «Condición sin la cual no». Se refiere a una acción, condición o ingrediente necesario y esencial de carácter más bien obligatorio para que algo sea posible y funcione correctamente.
[5] Asociación Colombiana de Oficiales en retiro.
[6] Confederación Colombiana de Organizaciones del Personal en Retiro y Pensionados de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional. 
[7] La Conferencia Episcopal de Colombia, es una institución administrativa y de carácter permanente de la iglesia católica, integrada por todos los obispos de las diócesis de Colombia en forma colegiada.
[8] Sinónimos en español de "sindéresis": buen juicio, discreción, prudencia, sentido común, tino. Discreción, capacidad de pensar rectamente. Hoy en desuso, el término fue utilizado por los filósofos escolásticos para defender que el ser humano, en general, está capacitado para reconocer el bien (al que daban un valor absoluto) y distinguirlo del mal.
[9] 1. La vida y la libertad. 2. Integridad física. 3. Violencia sexual. 4. Desplazamiento forzado.
[10] 1. Mujeres víctimas. 2. Víctimas jóvenes. 3.Adultos mayores, en condición de discapacidad,
[11] El Tiempo Sección Política viernes 25 de Julio/14.
[12] Se habla de una actitud que es equilibrada con respecto a cada una de las partes de unconflicto un mediador equidistante
[13] Editorial del programa “la Hora de la verdad” el día 24  de Julio y otros medios noticiosos.
[14] Auto de oficio que provee un juez para iniciar una investigación

[15] Periódico “El Nacional” y correo electrónico de Márquez el 25 de Julio/14, a varios medios noticiosos.