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"Un grupo de colombianos, militares y civiles de reconocida experiencia a nivel nacional e internacional, conformado para analizar y debatir problemas importantes sobre la defensa y seguridad nacional".

domingo, 20 de noviembre de 2011

Las FARC derrotadas?

Semana.com
Viernes 18 noviembre de 2011

Las Farc: Nuevo mando para viejos propósitos

Por César Castaño*

OPINIÓN

"Pese a la muerte de ‘Cano’ y a otros duros golpes ocasionados por las Fuerzas Militares  y su inteligencia, las  Farc siguen  obstinadas en continuar en  una absurda guerra de desgaste".

Timoleón Jiménez o Timochenko, militante a temprana edad de la juventud comunista de Colombia (JUCO), un ortodoxo marxista leninista quien fue formado política y militarmente en la antigua Unión Soviética y Yugoslavia, es quien tendrá a cargo el manejo de las Farc. Este miembro del secretariado, ha sido testigo de excepción de las transformaciones de esa organización durante los últimos 30 años, una experiencia vital a la hora de recomponerla, aun en condiciones adversas, gracias al incesante acoso de las fuerzas militares, las deserciones y delaciones de sus integrantes, pero sobre todo, en medio de una crisis producto de la desmoralización provocada por la muerte en combate de su máximo líder.

Mucho se ha especulado sobre las nuevas acciones que desarrollen las Farc a partir del nombramiento de ´ Timochenko´ sin embargo su margen de maniobra aún es estrecho. Para quienes conocen cómo se asumen los cargos en una organización comunista y cuánto puede influir un solo hombre en los cambios, sabrán que, por principio, primero están los planes fijados colectivamente, a no ser que esos planes sean insuperables, como es el caso. Documentos como el plan estratégico trazado en la octava conferencia (1993), el pleno ampliado del Estado Mayor Central celebrado en el año 2000 en el Caguán , son los que, al menos en teoría, generan dirección y controlan desbordamientos o excesos de poder.

El nombramiento del nuevo jefe del secretariado supone muchas inquietudes y expectativas en las fuerzas guerrilleras, pues se presume ejercerá la dirección y el control del otro lado de la frontera. Pero más allá de su ubicación, aprovechará para rediseñar su plan estratégico en sus líneas militares, una vez haya logrado contar con suficiente correlación de fuerzas en el Secretariado. Pero quizá lo más importante es que en aras de esa preservación de sus hombres a que se ven obligados por la acción eficaz de la inteligencia militar del Ejército y el acoso de las tropas, fortalecerá el accionar de las milicias populares, bolivarianas y las uniones solidarias, así como el empleo del PC3 y el Movimiento Bolivariano, todo un andamiaje que evitará bajas en las filas y que garantizará capacidad de provocar daños a través de atentados terroristas, hostigamientos, uso indiscriminado de minas y asesinatos selectivos.

Quizá uno de los problemas más graves que deberá afrontar el nuevo cabecilla es la fractura del sistema de comunicaciones estratégicas, situación que, de seguro, tiene aislados a ´Pablo Catatumbo´, jefe del Comando Conjunto de Occidente, y a ´Joaquin Gómez´, del Bloque Sur. Es probable que haya contacto inmediato con otros jefes insurgentes, como es el caso de ´Iván Márquez´ jefe del Bloque Caribe. De este cabecilla vale la pena comentar que continúa desarrollando un trabajo internacional y de fronteras, apoyado en hombres como ´Rodrigo Granda´ y ´Jesús Santrich´, quienes permanentemente elaboran documentos de propaganda que publican en la red global. Hace unos días, lanzaron uno muy particular: “Marulanda y las Farc para principiantes”, una especie de historia fariana para Dummies, en la cual, como es característico, hacen apología del movimiento, evitando mencionar hechos repudiables como el asesinato de 17 hombres, mujeres y niños indígenas awá en 2009 y otras acciones que, curiosamente, jamás llaman la atención de colectivos y activistas de derechos humanos.

De igual manera, ´Timochenko´ está en contacto permanente con ´Pastor Alape’, antiguo guerrillero miembro del secretariado con quien tiene muchas coincidencias pues, al igual que él, militó desde muy joven en la Juco, pero además por el permanente diálogo que sostienen. En la actualidad ´Alape´ es el jefe del Bloque Magdalena Medio, una amplia estructura que se ha fortalecido gracias a los recursos provenientes del narcotráfico, el petróleo y el oro, pero que además ha desarrollado un intenso trabajo político y de masas.

El nuevo cabecilla sabe que las Farc han sufrido en los últimos años los peores golpes y retrocesos de su historia. Hoy día es innegable el debilitamiento de su poder militar, la pérdida de la iniciativa estratégica y la preocupación por preservar sus estructuras. Este escenario para algunos analistas, deja ad portas de la derrota a esa organización. Sin embargo, pese a los problemas que enfrentan, es impensable esta posibilidad en el corto plazo, pues hay que recordar que más allá del componente militar, existe un silencioso pero efectivo trabajo político clandestino, desarrollado a lo largo de los últimos años.

Quienes enfrentan el conflicto armado saben que existen “otras guerras”, acciones distintas a las del campo de combate que deben librarse con igual o mayor intensidad, que la militar. Las Farc en los últimos años, han utilizado el PC3 (Partido Comunista Clandestino Colombiano) y el MB (Movimiento Bolivariano), para desarrollar con efectividad la tesis de la combinación de todas las formas de lucha, planteada en el IX Congreso del Partido Comunista en 1961.                                                       

Hasta hace unos años sorprendía y causaba extrañeza, que una guerrilla rural fuera capaz de crear complejas estructuras clandestinas para infiltrar el Estado y coordinar la avanzada desde los movimientos sociales. Hoy no es una realidad que sorprende sino que preocupa, por su crecimiento y profundización.

Lo cierto es que todo el desarrollo de las guerrillas está supeditado a su aparato político. Es claro que pese al rechazo por su accionar terrorista, los hilos de la urdimbre internacional aun funcionan y las estructuras clandestinas siguen siendo el verdadero oxígeno, es decir, la columna vertebral del Plan Estratégico. Hay que tener claro que son el PC3 y el MB la ofensiva más importante de las FARC, la iniciativa más cuidada y sistemática, la que causa mayor daño con un mínimo de recursos y la que se proyecta como la vanguardia de la organización, bien en un eventual proceso de diálogo o en otra salida similar que pueda ser acordada, con sectores de la sociedad civil y de la comunidad internacional.

Hoy día las Farc están en un momento del conflicto en el cual saben que su mejor arma, en el plano militar, seguirá siendo la guerra de desgaste, una combinación de “guerra de la pulga” y terrorismo, procurando ser invisibles pero manteniendo a la vez el control social de la población y un permanente trabajo de masas, tareas para las cuales son fundamentales las milicias. Estas son un valioso mecanismo de trabajo político – militar, ideal para la actual coyuntura, pues la guerrilla sabe por principio, que si el oponente es más fuerte se hace necesaria la dispersión de la insurgencia, pues la fortaleza enemiga obliga a la invisibilidad y a establecer mecanismos diferentes de control territorial. La apuesta fariana es sencilla, evitar luchas desiguales y preservar fuerzas para combatir por largo tiempo.

Lo cierto es que pese al golpe histórico propinado por la operación ‘Odiseo’, ´Timochenko´ sabe que las Farc no dependen de un solo hombre, que cuenta con un plan estratégico orientado hacia el levantamiento insurreccional y que el esquema de guerra popular prolongada está en marcha. Pero, además, si algo le sobra es paciencia; al fin y al cabo sus estructuras clandestinas están trabajando.

* Miembro de la Academia Colombiana de Historia Militar.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

La injusta Justicia

Editorial
Por una Justicia Justa


Por:     Centro colombiano de Pensamiento Político Militar

Recientemente el gobierno tramitó ante el Congreso de la República una reforma a la justicia que pretendía corregir las serias deficiencias que la aquejan. Después de una negociación con las Altas Cortes y miembros del Congreso, en la que se cortó lo fundamental de ella, al final del primer debate se incluyó una adición al artículo 221 de la Constitución, que buscaba restablecer el fuero militar y brindar las garantías de un juzgamiento imparcial a quienes todos los días arriesgan su vida, en aras de brindar seguridad a sus compatriotas.


El Fuero Militar es elemento esencial para la actuación de las Fuerzas Militares y de Policía en el cumplimiento de su misión. Está limitada su aplicación para condiciones de paz y tranquilidad y carece de argumentos jurídicos necesarios para un país en conflicto armado interno, en el cual deben regir el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho de la Guerra para ser aplicado jurídicamente a quienes combaten en defensa del Estado.

La situación penal militar es preocupante pues ha interferido profundamente en las operaciones militares y operativos policiales; en tal sentido se han pronunciado eminentes juristas, empresarios, politólogos, asociaciones de generales, militares de la Reserva Activa e inclusive el actual Ministro de Defensa Nacional, quienes reconocieron la alarmante situación de los miembros de la Fuerza Pública por la inseguridad jurídica, creada por la inexistencia e inaplicabilidad de leyes propias para el conflicto por parte del sistema penal colombiano, lo que afecta sustancialmente la actuación de la Fuerza Pública en la seguridad y defensa nacional. 

Actualmente, violando la Constitución Política, la justicia ordinaria está juzgando a los integrantes de las Fuerzas Militares por las operaciones de combate. Pero más grave aún, ya que la investigación y el juzgamiento se adelantan dentro del concepto de Derechos Humanos, el cual no resulta aplicable en un contexto de guerra internacional o conflicto armado interno. Esta situación se generó, inicialmente, en la pérdida paulatina y constante del Fuero Militar, recientemente, en un acuerdo ilegal suscrito entre el Ministerio de Defensa y la Fiscalía General que entregó a esta la jurisdicción penal militar y, finalmente, con la aplicación del Manual de Derecho Operacional, mal concebido por el Ministerio de Defensa en el año 2009, el cual no contempla la aplicación de las normas y conceptos del Derecho Internacional Humanitario (DIH) ni del Derecho de la Guerra, aplicables en las condiciones actuales del país.

Existe en Colombia temor a la presión internacional, estrategia generada cuando se pretende adecuar la normatividad vigente para dar soporte jurídico a las actuaciones de la Fuerza Pública, buscando la eficiencia en el cumplimiento del deber. Los gobernantes, indiferentes, indolentes o atendiendo sus propios intereses han sido laxos ante esa presión y ceden a sus exigencias, sin importar las consecuencias internas de la manipulación externa. 

Entre los hechos más recientes, de público conocimiento, para solo citar algunos, sobresalen la manifestación hecha en el año 2007 por el presidente Álvaro Uribe Vélez en San José de Costa Rica, la sede de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en donde descalificó la Justicia Penal Militar la que, en su concepto, debía tener solamente un carácter disciplinario; el ministro de defensa Camilo Ospina (2006) suscribe con la Fiscalia el documento arriba citado, en el que se renuncia de plano a la jurisdicción penal militar y, por último, el actual Presidente Santos el 11 de octubre, en reunión con la ONG Human Rights Watch, afirma que como Presidente no permitirá que se violen los Derechos Humanos por parte de la Fuerza Pública;… ¿será que como Ministro de Defensa si lo permitió?

Estas actuaciones perjudican al país, y facilitan la intervención de los organismos internacionales, que presionan al gobierno para obtener nuevas restricciones a la actuación de las Fuerzas Militares y la Policía y, finalmente, lesionan su reputación. Razón tienen quienes afirman que son más las bajas que se producen al Ejército por carecer de una Justicia Penal Militar coherente con el conflicto que se vive, que las causadas por el enemigo en el campo de combate.

¿Qué hacer para salir de la encrucijada? Dar cumplimiento al mandato de la Constitución Nacional Articulo 221 sin las argucias y modificaciones que lo volvieron inoperante; mientras perdure el conflicto armado interno en el juzgamiento de quienes participan en las operaciones militares, la Justicia Penal Militar debe estar orientada dentro de los parámetros del Derecho Internacional Humanitario y del Derecho de la Guerra; aplicar el Fuero Militar sin restricciones y que permita que los militares y policías sean juzgados por sus pares; en los procesos jurídicos producto del conflicto armado, brindar seguridad jurídica a quienes defienden el Estado y exponen sus vidas en cumplimiento del juramento hecho por amor a la patria y por último el gobierno debe estructurar una ley integral de defensa y seguridad nacional, que contenga la normatividad requerida para cubrir esa importante necesidad del Estado y así lograr una justicia justa para sus defensores. 

En una actitud incomprensible, sin mediar espacio de discusión y, seguramente presionado por las mismas ONG que se lucran de los Derechos Humanos, el mismo gobierno, en una clara incoherencia entre sus ministros y con el remedio a la situación de inseguridad que el mismo creó, anuncia el retiro de la modificación introducida, causando gran desconcierto, no solo entre militares y policías, sino entre el grueso de la población colombiana, que tuvo una fugaz esperanza de redención ante el crecimiento inocultable de las acciones terroristas.

Por azares del destino y no por voluntad del gobierno, la modificación permanece aun en el proyecto de reforma. Mal haría el Ejecutivo en retirarlo en la siguiente vuelta; muy por el contrario, debe “jugársela para sacarlo adelante” con la seguridad de que con el retorno del Fuero Militar, las tropas, derrotadas hoy por la guerra jurídica y desmoralizada por la falta de apoyo de los políticos, recuperarán en algo el espíritu de lucha perdido. Abandonarlo bajo la premisa del desleal Ministro del Interior de que requiere de un debate propio, solamente hará que este país siga rodando cuesta abajo en la materia de seguridad.