Quienes somos

"Un grupo de colombianos, militares y civiles de reconocida experiencia a nivel nacional e internacional, conformado para analizar y debatir problemas importantes sobre la defensa y seguridad nacional".

jueves, 13 de mayo de 2010

Opinión frente al debate electoral

Desconcierto por el futuro de las Fuerzas Militares y  la Reserva Activa en estas elecciones presidenciales.

Por MG. Javier Arias Vivas

Fácil destruir un Ejército
El clamor silencioso de las Fuerzas Militares está expresado en la angustia por el futuro. No se vé el camino despejado. El Presidente Uribe y sus Ministros no fueron capaces de solucionar los problemas urgentes de los militares. Y eso que éstos, fueron los artífices y los protagonistas en el terreno, de la famosa seguridad democrática que les dió alta favorabilidad en las encuestas de opinión en los últimos 8 años de mandato. Nos preguntamos: ¿En el futuro cercano, hasta cuándo el Estado es capaz o quiere seguir aportando el suficiente presupuesto para los sueldos, las pensiones, las asignaciones de retiro y los subsidios para la vivienda y la salud?  ¿Qué tal un Presidente que exprese sin el menor reato de conciencia que no hay plata para pagar el sostenimiento de las Fuerzas Militares? Simplemente, éstas, se acaban.

Recordemos las décadas de los 80 y los años 90. Primero con la guerra que planteó el M-19. Vimos aquí un Ejército, sin suficiente pié de fuerza, sin armas, sin ropa y sin medios de comunicación y transporte. En el Departamento del Valle por ejemplo, ante lo calamitoso de la situación logística, la gente tuvo la iniciativa de aportar recursos para comprar zapatos tenis a los Soldados para que pudieran patrullar y así, proteger a la población civil de las amenazas que se cernían. Luego vino la ofensiva de las FARC y recordamos los días nefastos de Las Delicias, Miraflores, Uribe, Patascoy, Troncales, Girasoles, El Billar, Mitú. Casi derrotan el Ejército, primero, desde el Estado, con la forma más rápida y eficaz: aducir falta de presupuesto, y luego, como consecuencia de los anterior, por la evolución ascendente del poder de combate de los terroristas.


Lo que más nos duele a los militares
Los “falsos positivos”: Dos palabras siniestras. Acuñadas, dicen que por gente  de la misma Fuerza Pública y que varias veces le ha dado la vuelta al mundo a través de los medios de comunicación, potenciado por el Presidente de la Republica y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas desde diversos escenarios nacionales e internacionales con lo cual, el daño ha sido irreparable para la imagen de los militares colombianos, los mismos que hicieron la operación Jaque, la operación Fénix que dió de baja al más temible terrorista de Latinoamérica “Raúl Reyes”, y que tienen al borde de la extinción a los narco-terroristas de las FARC y delincuentes del narcotráfico.

Estamos de acuerdo, hay delincuentes al interior de la institución militar que han cometido este tipo de acciones punitivas contra civiles y que deben pagar por ello. Pero que lo anterior, se convierta en una cacería de brujas y que ahora toda baja en combate con los terroristas al poco tiempo se convierta en un “falso positivo” y que por ello tengan que pagar militares inocentes, meses y años en las cárceles, sin un debido proceso, quedando en la ruina moral y económica y sin una defensa digna pagada por el Estado, es una ignominia. Lo mínimo que se exige es: Respeto al Fuero Militar, actuación de Cortes Marciales, aplicación del Código de Justicia Penal Militar, una defensa técnica apropiada por el Estado y un  debido proceso lejos de los espectáculos de la Justicia “show” en los medios de comunicación.

Esa desnivelación salarial que golpea los rangos inferiores de las Fuerzas Militares es también un factor de injusticia y de desmoralización. En vez de que el actual gobierno, esté pensando en pagar favores de lealtad, reformando el Estatuto de la carrera de Oficiales que transita en el Congreso de la Republica con mensaje de urgencia, para mejorar los grados superiores del escalafón, debería con parte de ese presupuesto solucionar la desigualdad en el porcentaje para el pago de los grados de Teniente Coronel hacia abajo y el de los Suboficiales y Soldados. Mínimo los Soldados profesionales deberían tener los mismos sueldos, primas y prestaciones sociales de que gozan los patrulleros de la Policía.

La incertidumbre
Ante este infortunado panorama, votar por el candidato que ha expresado que no se necesita un Ejército como no lo ha requerido Costa Rica, que aduce que admira y respeta a Chávez la principal amenaza que tiene el país en estos momentos, que extraditaría al ex presidente Uribe hacia el Ecuador, que desarmaría a todos los ciudadanos aún con armas amparadas, que no ha planteado un programa serio de seguridad y defensa, sería votar dando un paso al vacío. Sería votar para detener y retroceder lo que se ha conseguido en seguridad y tranquilidad en estos años, a menos que, en los pocos días que faltan para las elecciones,  haga el candidato Mockus, una rectificación contundente y se comprometa a solucionar nuestros problemas.

Recordemos lo que ha pasado con Presidentes con perfil de tolerancia: Jimmy Carter en Estados Unidos, Belisario Betancur, Virgilio Barco y Andrés Pastrana en Colombia, Zelaya en Honduras. No queremos que por debilidad o afinidad, un Presidente en Colombia nos lleve al nefasto Socialismo del Siglo XXI patrocinado por Chávez, Evo, Correa y Ortega.

Antanas Mockus, es un enigma (Plinio Apuleyo), pero ya tenemos suficientes indicios para definirlo: Primero, por lo que ha expresado en relación con el Ejército y la Seguridad Nacional; y Segundo, por la procedencia y tendencia de los personajes que lo acompañan en la campaña. La supervivencia de las Fuerzas Militares y la solución de los urgentes y serios problemas que agobian a sus miembros activos y en retiro, no son temas centrales en su  discurso. Si no pudo o no hizo lo suficiente el actual gobierno, para resolver los agobiantes problemas de bienestar y de moral, menos se puede esperar de un candidato que no ha dado muestras hasta ahora de conocer y de interesarse por los militares y por la defensa y seguridad de la Nación.

Menudo dilema, como diría el General Álvarez Vargas en su escrito, o “encrucijada del alma” para utilizar la famosa frase del Presidente, el que tenemos que resolver cada uno de nosotros los militares de la Reserva Activa en el momento de votar en la primera vuelta de las elecciones para Presidente. Y lo peor, todos los candidatos eluden el tema grueso de la Seguridad y Defensa y de las necesidades de los Militares y Policías para elevar su moral para la acción, pero sí se arrogan, el tema de la Seguridad Democrática para captar votos sin tener plena conciencia y sin proponer fórmulas para aliviar el sufrimiento de esos heroicos servidores del Estado y sus familias, en compensación por haberle puesto el pecho con todo entusiasmo, sacrificio y valor, a esa loable política de Estado que le devolvió la esperanza a los colombianos.

Bogotá, 2 de Mayo de 2010


1 comentario:

Anónimo dijo...

Si el nuevo presidente SANTOS va a continuar con la misma ideoligia de mando del actual presidente URIBE, la cupula militar incluyendo al mindefensa deben de hacer los juramentos por el mismo periodo presidencial, ya que en este actual fue muy NOCIVO para las FFMM la continuidad por tan largos periodos de los generales, truncandole el paso a los nuevos prominentes SOLES, Tiene uted razon Sr ARIAS al decir del sueldo tan precario de los oficiales medios y los sub-oficiales de alto rango, ganan mas los patrulleros recien egresados que los mando medios de las FF,MM, No es justo que por culpa de uan justicia corrumpida e inepta nustros militares sean juzgados por ineficaces juececitos de la republica, que los puede ver bebiendo en cualquier bar de Bogota, mientras los de honrra y buenos modales se encuantran presoso por estos inertes jueces, gracias mi general, viva mi glorioso ejercito de colombia viva la artilleria