Quienes somos

"Un grupo de colombianos, militares y civiles de reconocida experiencia a nivel nacional e internacional, conformado para analizar y debatir problemas importantes sobre la defensa y seguridad nacional".

jueves, 12 de junio de 2014

¿En política todo se vale?

MG. Ricardo Rubianogroot Román

Es asombroso como se manipulan sin ninguna consideración principios y valores que son inamovibles y que están por encima de todo tipo de consideración, pero más asombro causa la omisión y el silencio de quienes se esperaría se manifiesten, no solo es extraño, sino que pasa al plano de lo inexplicable.

La grandeza y el honor de las fuerzas Militares ha sido afrentada, usada, lo más lamentable es que ello se ha dado sin miramientos y por exclusivos afanes políticos.

El alcalde Gustavo Petro llamó a que, luego de la firma de un eventual acuerdo de paz, los desmovilizados pudieran entrar a las Fuerzas Armadas. “Me parece que personas que han tenido [vocación militar] puedan permanecer en la carrera militar”, manifestó.

Ante esos comentarios tan fuera de lugar, con excepción del Ministro de Defensa, nadie, ni siquiera quien constitucionalmente ostenta el cargo de Comandante Supremo de las Fuerzas Militares se manifestó; ello es triste a la vez que desmotiva y cala en el alma de los soldados de Colombia.

Cómo puede una persona de una mediana preparación, o superior tal vez, hablar de vocación militar cuando se refiere a un grupo humano que ha tomado las armas en la gran mayoría de los casos obligado y ante amenazas? Es eso vocación o ello es miedo y temor? Le recuerdo al burgomaestre que ser soldado es una vocación de servicio a su país; podría usted indicarme en qué forma la guerrilla terrorista presta sus servicios al país? 

Con el tiempo los militares nos llenamos de experiencia y satisfacción por haber servido a la Patria. Un día el Soldado está lleno de recuerdos, recuerdos bonitos, muchas complacencias, grandes valores y satisfacciones, donde nuestras familias se ufanan y manifiestan a los cuatro vientos “tengo un hijo militar”, con orgullo pleno y con su alma inquieta, pero en paz; de nuevo le preguntaría, un guerrillero tendrá en su alma la tranquilidad, la seguridad y la certeza de que está obrando en forma correcta, cuando en su cotidianidad  su oficio obligado es el de sembrar terror, odio y desolación?, serán esos recuerdos pulcros?,  podrá, con certeza y con sinceridad, decir de corazón que es ejemplo para la sociedad o que ha servido a la Patria en algún momento?

De otro lado, Andrés París, vocero de las FARC, cínicamente manifestó que “En la Mesa no estamos pidiendo las cabezas de los generales. Estamos exigiendo que se cambie la doctrina militar que tienen en la cabeza esos generales”.

La declaración por sí sola, es una afrenta y se da por las ínfulas y el protagonismo que se les ha permitido a los negociadores de las FARC en La Habana, y por las acciones que el Gobierno ha realizado con los oficiales de más alto rango en la Institución. Cada vez que hay un suceso cercano a lo castrense, parecería que lo más fácil es tomar la “cabeza de los Generales”, incluso sin mediar una investigación; esas han sido acciones de gobierno y lo más insensato es que la guerrilla se exprese sin ningún tipo de consideración, sugiriendo esas gestiones, como lo hace este interlocutor.

Cuando dice Paris que están “exigiendo” que se cambie la doctrina militar, una vez más me pregunto si ellos, las FARC, le exigen al Gobierno? Por el tono, por el escenario y por el silencio, pareciera que sí, pues tampoco en este caso hay manifestaciones del alto Gobierno, solo el General Mora Rangel se expresó en forma breve al respecto.

Aparte de lo anterior le recuerdo al señor Paris que la doctrina militar está erigida sobre los principios, valores y tradiciones que sustentan el carácter de la institución, son su fundamento y no están a la feria de los intereses terroristas ni se negocian al vaivén de las circunstancias políticas. Son producto de una relación entre legalidad y cultura, cuyo resultado es la legitimidad social.

Sus aspiraciones, señor París, son producto de la soberbia terrorista, envanecida por el protagonismo y los logros políticos obtenidos en una negociación, después de estar casi derrotados como efecto y resultado de las acciones militares, adelantadas al tenor de esa doctrina.

Finalmente el presidente-candidato plantea la eliminación “inmediata” del servicio militar obligatorio, prometiendo cambiar esa figura por la de un “servicio social obligatorio para todos los colombianos”.

Creo entender que esta propuesta solo tiene fines políticos, o mejor está ligada a las próximas elecciones; mi desconcierto tiene sus bases en lo que esta expresado en la Constitución Colombiana, que dispone que “Todos los colombianos están obligados a tomar las armas cuando las necesidades públicas lo exijan, para defender la independencia nacional y las instituciones públicas”

Le preguntaría a nuestro Presidente, usted, si es reelecto y logra la firma de unos acuerdos, que no necesariamente traerán la Paz, pues su implementación conlleva un periodo considerable de tiempo, y las variables de la paz son de mayor monto, son sublimes y no las decide una persona, ¿Está dispuesto a defender la Nación, interna y externamente, con colombianos dedicados a menesteres de servicio social obligatorio, como lo propone?

Son lamentables ese tipo de planteamientos, esbozados en este escrito. No, no todo en política es aceptable; por encima están el respeto y el honor de unas Fuerzas Militares, que lo han entregado todo por los más altos ideales de la Nación colombiana y por la supervivencia y el futuro del país.

No podía terminar este escrito sin antes hacer mención, del inaudito fallo de la Corte Suprema de Justicia  donde ratifica 47 años de prisión (cadena perpetua) para el General Uscategui.

Ese es el costo de la mal llamada paz que pregona el Presidente Santos.

domingo, 8 de junio de 2014

Algunas precisiones  al acuerdo sobre el tercer punto de la Agenda:
Narcotráfico y los puntos venideros.

Al final de la discusión del tercer punto de la Agenda, se presentaron dificultades para establecer un acuerdo, por la negativa de la Farc de reconocer su participación activa en el narcotráfico. Era obvio que por intereses políticos y circunstancias electorales, existía la necesidad de destrabar el acuerdo en este punto crucial de las negociaciones. Aspecto que fue superado en la semana anterior a la primera vuelta, llegándose a un arreglo en la redacción de lo esencial, que se definió con un reconocimiento vago de la participación de las Farc en el negocio de las drogas, lo que trajo como consecuencia una marcada ventaja para los propósitos estratégicos de las Farc, con el compromiso de su desvinculación en este negocio ilícito.

Razones para creer que fue una ganancia estratégica de las Farc, con algunas ventajas para el gobierno y el país:

1.   En la redacción quedo consignado, que la persistencia del narcotráfico en Colombia, estaba ligada las condiciones de pobreza y abandono del gobierno en las zonas de cultivo y a la existencia de grupos criminales, en esta última categoría no quedaron incluidas las Farc.

2.   Aunque el factor de pobreza y abandono estatal es un factor a tener en cuenta en los cultivos ilícitos, no es el más determinante; existen condiciones de ubicación estratégica y dificultades del terreno (selvas y parques naturales, cercanía a los grandes centros de consumo) que facilitan a los narcotraficantes (y la guerrilla), la proliferación de este fenómeno; pero la mayor influencia la ejercen los precios en el mercado internacional, lo cual llevo a las Farc a involucrarse en este negocio tan lucrativo y fácil de controlar.

3.   Quedaron consignadas en el acuerdo tantas condiciones para el gobierno, que se tornara en un imposible solucionar todos los problemas, por lo menos en el corto y mediano plazo, como condición para acabar con los cultivos ilícitos íntimamente ligados al narcotráfico. 

4.   La solución quedo atada a la Reforma Rural Integral del primer punto de la agenda, lo que significa que si no se atienden todas y cada una de los problemas de campo, continuara el narcotráfico.

5.   Se acordó como primera alternativa la sustitución voluntaria y, en los casos en los que no haya acuerdo con las comunidades, el Gobierno procederá a la erradicación manual. Las Farc se opusieron tajantemente a la erradicación por asperjación.

6.   El verdadero logro de las Farc radica, en que en ninguna parte del acuerdo aparece un reconocimiento implícito se su relación criminal con este negocio, ni reconocen abiertamente su vinculación y lucro, mucho menos señalan sus laboratorios, ni sus rutas de comercialización, tampoco las organizaciones de fachada que utilizaron para esconder sus fabulosas ganancias. Lógicamente como eso no existió, nunca resarcirán al Estado, ni dirán donde tienen sus fabulosas riquezas, producto de tantos años dedicados al negocio del narcotráfico.

7.   Como gran logro para el gobierno, las Farc reconocieron su vinculación, solo en los cultivos ilícitos para su financiamiento, pero  como una relación conexa al delito político de rebelión, por lo tanto los libera de haber conformado un cartel, con las debidas consecuencias en el ámbito internacional.

8.   El gobierno y las FARC consignaron su firme compromiso con la solución definitiva al problema de las drogas ilícitas, prometiendo los segundos a su desvinculación definitiva de este negocio, así como su participación en el desminado, este fue un logro importante del gobierno, falta ver cómo y cuándo se realizara.  Se prevé  que lo harán en la implementación, que puede durar de diez a quince años, de acuerdo a la experiencia en otros países.

Se pactaron algunos otros acuerdos donde el Estado ha venido actuando desde tiempo atrás.

Los puntos que faltan

Víctimas: En la discusión de los puntos subsiguientes se prevé que el gobierno con sus negociadores se tendrá que tragar sapos aún más grandes, para poder  llegar a un acuerdo con este grupo terrorista. El siguiente punto a tratar será el de las VICTIMAS, tema nada fácil por todo lo que vienen haciendo ONGs, que pretenden victimizar a las Farc y colocar de victimario al Estado, claro es el único que indemniza!

A este respecto queda planteado el siguiente dilema: Si sigue creciendo día a día el número de encarcelados militares por supuestas violaciones de DDHH, hasta el punto de superar ampliamente los detenidos de la guerrilla, como ya está sucediendo y, por otro lado, tal como quedo consignado en el libro Basta ya, del Centro de Memoria Histórica, adscrito al Departamento de la Prosperidad, donde se estableció que es el Estado con sus agentes el máximo responsable de la desapariciones en Colombia, (algunos medios ya han venido ambientando el tema en esta dirección). Con estas cifras y otras acciones de desprestigio que vienen adelantando organizaciones de extrema izquierda y la “ayuda” de los seminarios organizados por la UN y la ONU, les será fácil inducir  a la opinión pública  sobre quienes son las víctimas y quienes los victimarios. Esta si es una magistral estrategia paralela, puesta en ejecución por la Fiscalía y de los redactores de la Comisión de la Verdad.

Fin del Conflicto: Para cerrar la agenda vendrá este punto que contiene aspectos mucho más gruesos, donde se tratarán temas  tan delicados como el DDR (Desarme, Desmovilización y Reinserción). Los negociadores de las Farc han gritado a los cuatro vientos que no entregaran las armas, pues sería indigno para ellos. Así mismo, no contemplan la desmovilización como el Estado la concibe; en la agenda está estipulado únicamente la dejación de armas y reincorporación de la Farc a la vida civil, en lo económico, lo social y lo político, omitiendo la desmovilización. Pero como el proceso es irreversible, por las expectativas que se han generado sobre las bondades del “logro de la paz”, nos espera en la dieta de los colombianos un sapo de grandes proporciones que nos va a causar una verdadera indigestión. ¿Se llegara a un acuerdo sin entrega real de las armas? lo que significaría hacer política con ellas, así lo han hecho siempre, pero en el evento de esta circunstancia lo harían dentro de la legalidad. Por otro lado surge una pregunta mas: ¿Habrá realmente una desmovilización como está prevista por los asesores del gobierno? o por el contrario, ¿pasaran directamente con sus armas a hacer parte de alguna organización de seguridad del Estado? Son preguntas que por ahora no tienen respuesta, pero teniendo en cuenta lo acordado en la Agenda de negociaciones y las pretensiones de este grupo terrorista, generan una gran preocupación en los colombianos que hemos venido haciendo un cuidadoso seguimiento a este proceso.

No podemos olvidar que la discusión de la Agenda está ligada íntimamente a unos intereses y objetivos políticos, los cuales son ampliamente conocidos; dentro de este contexto es comprensible el papel que están jugando los señores generales Mora y Naranjo, que aunque ellos no estén de acuerdo en muchos de los acuerdos alcanzados, no pueden hacer cosa diferente a seguir tratando de influir en los negociadores hasta donde sea posible, advirtiendo los peligros y amenazas que se presenten contra la Seguridad Nacional en cada punto discutido. Recordemos que con ellos o sin ellos el proceso seguirá su camino. También debemos tener en cuenta, que su presencia en la mesa es básicamente el de salvaguardar las integridad de las FFMM y como objetivo primordial exigir un tratamiento igualitario para los militares y policías procesados por supuestos delitos cometidos por causa conflicto.


Estaremos expectantes para estos acontecimientos.