lunes, 16 de febrero de 2015
LA JOYA DE LA CORONA.
02-12-15
MG (RA)
Ricardo Rubianogroot Román
Máster en
Seguridad y Defensa.
Durante
un periodo aproximado de seis meses, 12 interlocutores escogidos entre las
partes que actualmente interactúan en la Habana, recopilaron en otros tantos
informes lo que consideran que son los orígenes y causas del conflicto interno
en Colombia.
Estos
informes recopilados en forma impecable fueron la consecuencia de una hábil
gestión lograda por la guerrilla, al conseguir el nombramiento de esta comisión
que no se había acordado inicialmente en el preacuerdo.
Sin
duda lo planteado por cada uno de ellos y compendiado por los dos relatores
escogidos, será a partir del momento, guía y motivo de argumentos que se
esgrimirán convenientemente, para encausar exigencias en este proceso. Es
oportuno recordar que la subcomisión del fin del conflicto que tanta
expectativa crea, se va a iniciar a negociar y concretará acuerdos al finalizar
el presente mes.
Los periodos del inicio
de análisis difieren, pero a la vez se enmarcan entre 1930 y 1958. El Informe
que se centra en causas políticas y culturales, critica el carácter de los
sectores dirigentes en Colombia y la pobre actitud frente a las reformas
sociales.
Dentro de las causas que
esgrimen los elegidos para rendir los informes, se plantean factores socioeconómicos,
políticos, institucionales, psicológicos, culturales e incluso raciales. Destacan como elementos desencadenantes la
ausencia del Estado en la solución al problema agrario, el fracaso del Estado
en la prevención y resolución de conflictos que dieron origen al uso de prácticas privadas
de justicia y la conformación de ejércitos irregulares; esgrimen también la no
vinculación de las elites con el desarrollo del conflicto.
En cada uno de los
informes, de una u otra forma se resalta que el responsable es el Estado; se
destaca en esta sentencia lo que he expuesto, “Las responsabilidades por los
impactos del conflicto, aunque son múltiples, desiguales y diferenciadas, se le
imputan al sistema imperante y particularmente al Estado”[1] ello, como lo insinué, será la nueva tabla de
ruta de las conversaciones y de las demandas de la guerrilla.
La
aseveración que hago en el párrafo anterior, no podría esta mejor descrita, cuando Santrich se pronuncio al final del
evento donde se entregó el informe por parte de los relatores, “Sin duda, este
es un acontecimiento histórico que impactará en dimensiones insospechadas la
percepción que la gente tiene del conflicto colombiano, y tendrá indefectiblemente
una incidencia muy grande en la marcha de las conversaciones, sobre todo porque
los doce expertos que intervienen presentaran puntos de vista que conciernen a
la definición de la verdad respecto a las causas, consecuencias y responsabilidades
de la confrontación de más de medio siglo que aún vivimos y padecemos”.
Lo que
se avizora sin duda a partir de este momento y en forma constante es que este
informe gozara de la más alta difusión en versiones escritas digitales a nivel
nacional e internacional, se hará pedagogía con él, sin duda superará lo que ya
se ha logrado en centros educativos del bien conocido informe, “Basta Ya”
Es
importante clarificar que como consecuencia de este informe, no se podrá
acceder a un reconocimiento de responsabilidad general y principal del Estado y
simplemente exonerar de su condición de victimarios a los guerrilleros. Ni
siquiera el derecho a la rebelión que esgrime el S.J. Javier Giraldo en su
informe, y que por ello esa insurrección legitime el uso de las armas y al terrorismo
con todas sus atrocidades.
Ninguna
circunstancia y ningún argumento, de los relatados en los 12 informes, justifican
que se pase de las ideas, exigencias y reclamaciones, empleando la fuerza, las
armas ilegitimas, la extorsión, ni la brutalidad en las acciones.
De
ninguna manera tampoco, se podrá responsabilizar a las Fuerzas legalmente
constituidas por el Estado que precisamente han realizado su trabajo como
producto de las instrucciones y directrices de los dirigentes en cada periodo. Es
fundamental que se entienda y aplique en forma adecuada, la teoría del Alemán Claus Roxin.[2]
Mencionan
de igual forma que existe una responsabilidad de los partidos y clases
dominantes y de las instituciones de poder social, de latifundistas, empresas
grupos económicos, poderes corporativos, transnacionales, de los medios de
comunicación, de los Estados Unidos y otras potencias extranjeras y finalmente
aceptan la responsabilidad guerrillera como fuerza política y militar beligerante.
Acaso realmente
hay beligerancia de un grupo guerrillero o es una distorsión, acaso también, cuando
supuestamente hay muchos responsables, que no es del todo cierto, hay que
terminar exonerando a quienes en forma persistente y sistemática han faltado a
los Derechos Humanos?
Ya se
han manifestado los guerrilleros, acogiéndose a lo presentado en los referidos
informes de la siguiente forma, “carece de sentido que el Estado pretenda obtener en
la Mesa de Diálogos una victoria que ha sido incapaz de obtener en los campos
de batalla durante años”[3]
Sin
duda este informe será la Joya de la Corona para la guerrilla si no hay una
posición firme a las pretensiones y a lo que desde ya son sus demandas;
Juristas Colombianos de bien, comunidad internacional, organismos de Derechos
Humanos, Cortes Internacionales, apliquen toda su sapiencia para que este
informe no sea aprovechado para desconocer otras realidades y argumento para más
injusticias para la resolución de este conflicto, puesto que si ello es así, no
habrá una verdadera reconciliación, por ende la paz difícilmente llegara al
país.
[2] Claus Roxin (n. 15 de mayo de 1931, Hamburgo Alemania) es un abogado y
jurista Alemán destacado por su labor en el ámbito
del Derecho Penal, Derecho Penal Internacional, Derecho Procesal Penal y Teoría
del Derecho. Es uno de los penalistas de mayor influencia en discusión
contemporánea del Derecho Penal de la tradición romano-germánica, lo que le ha
hecho acreedor de casi una veintena de Doctorados Honoris Causa y reconocimientos
académicos como la orden Raimundo Peñafort en España.
[3] Las Farc, al culminar el evento en
que se produjo el informe de la Comisión Histórica y manifestar que “recibe con beneplácito los informes
presentados hoy por la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas” con
el título de “Palabras de Cierre”.
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