Quienes somos

"Un grupo de colombianos, militares y civiles de reconocida experiencia a nivel nacional e internacional, conformado para analizar y debatir problemas importantes sobre la defensa y seguridad nacional".

jueves, 18 de septiembre de 2014

Mayor sensatez.

Septiembre 2014
MG ® Ricardo Rubianogroot Román.

En este texto hago un rápido recuento de lo escrito por diferentes autores y analistas del conflicto interno Colombiano con variadas visiones y concluyo mi propia apreciación.

Colombia es un país con un conflicto armado interno, resultado de causas diversas y complejas. Dentro de ellas se pueden señalar las desigualdades sociales, problemática de tierras, el abandono de áreas rurales y pueblos apartados, falta de infraestructura, educación, justicia, la exclusión política,  modelos de desarrollo errados y la creciente inequidad.

Para nuestra desdicha el listado para describir la totalidad de las raíces que lo han ocasionado, es interminable.

El conflicto tiene variados antecedentes históricos, para algunos analistas su origen se da en la década de los años 30 identificando el suceso de las bananeras, pasando por el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán en el 48 y mencionan la  "época de la Violencia", como fundamental por ser esta época la que se caracterizó por el  talante político por los problemas bipartidista de la década de 1950 y a su vez remontan los orígenes de esta guerra interna en la llamada  Nueva Granada y la independencia de España y como quienes dirigieron los inicios de la fase de la Republica quisieron enfocar el futuro de esta Nación. Cada etapa de la historia del país ha traído consigo un enfrentamiento diferente.
A finales de los años cincuenta, principios de los años sesenta, a causa de los fenómenos ya antes mencionados, surgieron en Colombia diferentes grupos guerrilleros, en principio de inspiración marxista. Estos grupos son, principalmente, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia  FARC, el Ejército Popular de Liberación  EPL,  el Ejército de Liberación Nacional ELN y otras derivaciones menores, los cuales tenían unos objetivos específicos que eran asesorados y acompañados por el Partido Comunista desde sus inicios; esas metas eran las de conseguir una reforma agraria y la redistribución equitativa de la riqueza. Lo que pretendían finalmente, era lograr una transformación social significativa.
Todos esos objetivos e ideales de antaño han mutado y han cambiado; a diferencia de ocuparse en labores políticas para lograr esas aspiraciones y cambios, pasaron drásticamente a usar estrategias como el empleo del narcotráfico para financiar su causa, pero desbordando y pasando por encima de sus ideales, y prácticamente olvidando su causa y sus orígenes; se da como ejemplo la búsqueda y  demanda de ciertos intereses para el campesinado colombiano, por ser uno de los sectores más marginalizados de la sociedad, exigir al Gobierno,  la construcción de carreteras,  escuelas  y  crédito para aumentar la tenencia de ganado o ampliar sus cultivos, en síntesis la búsqueda de una participación del pueblo en la construcción del futuro del país.
Por el contrario recurren al empleo de las armas y no al uso de las palabras, hoy en día sus acciones se distinguen por el  reclutamiento de menores, prácticas  terroristas  como la implantación de minas antipersona, el asesinato de civiles, miembros del gobierno, policías y militares, el secuestro con fines políticos, extorsivos o económicos, atentados con bombas y armas no convencionales, destrucción de infraestructura, puentes, carreteras, oleoductos, acueductos, actos que han provocado desplazamientos forzados de civiles.
Sus doctrinas e ideales se han desvanecido.
Tienen que entender que la injusticia y las desigualdades sociales no justifican ni legitiman la violencia[1].
Para puntualizar sobre las falencias del sistema económico y político que nos rige, “no se requiere  irse a dar plomo en el monte”[2]. Es demasiado evidente la miseria e inequidad en Colombia, la concentración del capital y de la tierra, hay que luchar para superar estas situaciones aun en contra de quienes se benefician, pero la lucha armada no es parte de la solución a esos problemas, es parte del problema en sí.

Interpretando a Cano previo al bombardeo que lo dejó fuera de combate, quiso decir a sus “camaradas”, que “los errores de las Farc, las sacaron del camino de su filosofía[3]; que perdieron la guerra cuando el Estado colombiano logró multiplicar su capacidad militar con la suma del poder de combate de la fuerza aérea y las operaciones conjuntas”: masa crítica en contra…; “que perdieron su legitimidad insurgente, porque los colombianos y la comunidad internacional señalaron a las Farc como narcotraficantes y terroristas”.[4]
Ante esas realidades, a las Farc de Cano, no les quedaba más opción que negociar y bajo ese precepto, hoy necesitan oxigenar sus ideales de llegar al poder, ya no por medio de las armas, pero sí por la lucha política y jurídica, usando la combinación de otros medios, recuperar el poder de movilización en las regiones y lograr representatividad de sus cuadros políticos y órganos de dirección popular.
Los colombianos esperan que así como Cano diera el paso hacia la reflexión, las Farc de Timochenko, evolucionen en su lenguaje y que sean más consecuentes con la oportunidad histórica que se les está brindando.[5]
Las exigencias de la guerrilla en la mesa no son consecuentes con lo que ha sido la realidad histórica del manejo que le han dado al conflicto interno.
Quieren que el pueblo a quienes dicen defender pero que por el contrario han afectado, acepten en un referendo proyectado en la mesa de la Habana, que:
No son narcoterroristas?
Que son víctimas y no victimarios?
Que no reparen a sus víctimas?
Que son consecuencia “de un terrorismo de Estado”?
Que por emplear un uniforme son tropas equiparables a las Fuerzas Militares y la Policía Nacional de Colombia?
Que hay que exonerarlos de responsabilidades legales, ante sus acciones que se constituyen como delitos a la luz de códigos Nacionales e Internacionales?
Que no deben entregar las armas, sino dejarlas?
Que no deben desmovilizarse, sino reintegrarse a la sociedad civil?
Que pueden llegar al congreso sin una elección popular?
Me pregunto: Por qué esta guerrilla a la que se le ha dado una oportunidad de diálogo y negociación, deben tener concesiones que no se les da ni si quiera a los Colombianos que durante su vida han sido rectos y han procurado cumplir la Constitución y la leyes?
Se aspira entonces que sean sensatos con lo que ha sido su pasado y esperen unas acciones lógicas, y consecuentes con  lo que ha sido su vida en relación con el conflicto interno y como por ello han afectado a la Nación Colombiana.

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[1] (Pécaut, 2008; Pizarro, 2011).
[2] (Pécaut, 2008; Pizarro, 2011).
[3] Plan Renacer.
[4] Alfonso Cano.